Anoche por fin me senté en la butaca que tenía reservada para ver la película. En el epicentro de la sala, la mejor butaca que había la tenía yo para ver Escuadrón Suicida.
120 minutos de película que se me pasaron como si nada, acción frenética y ni un solo segundo de pausa para coger aire. Mis expectativas no eran ni altas ni bajas, se mantenían ahí en un punto medio gracias a la mala crítica que ha rodeado a la película durante la semana previa al estreno.